jueves, 21 de mayo de 2009

LATIDO

Que mejor compañía que el ir de la mano de la misma soledad antes que vivir entre nidos de engendros.Pero nada es eterno ni tan siquiera la inmortalidad que de mi hizo sed y en duelos, ahora, forja treguas.

Y ya no es probable
Malherirme tú a mí.
Ni en mi ceguera ni
En la dulzura ya sin mí.

Busco el latir sin mentir de esa locura amante En mí Cordura
Y Rebautizando Cuerpo, Alma y Nombre lo Celebro,
Pero en mi Celda fui mi Castigo, Juez, Verdugo Y Jurado,
Miserable y Anónimo.

Admira a quien sabe Que en mi a de hacer
De la ausencia Un gran abrazo efímero.
Ver al día mordaz Ungüentos de tempestad
Ante mi herencia De difuntos que me desvelan.

Sin olvidar, sin dudar que al hablar con todos pueda preferir del enemigo la verdad, que del amigo su cruenta falsedad.

Y ya no es probable
Malherirme tú a mí.
Ni en mi ceguera ni
En la dulzura ya sin mí.

Y el usar mi inocencia Danzando en mi realidad
Ya es de ayer Ahora ya no hay velo abrazado al umbral.

Lloro y mudo brillo, Todo bello sin rencor
Donde el adiós murió al Zurcirme en Bronce.

Revolví en la sien ideas Inmersas en mil engaños y
Renací pobre pero invulnerable.
Y empezar a soñar por fin Al mermar las yagas de la
Venenosa apariencia y No ser más Ente
Bajo La lluvia.

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